jueves, 4 de abril de 2013

La madurez, de Elvira Lindo

Eric Kandel, 83 años, premio Nobel de Medicina, dirige un equipo de neurociencia en la Universidad de Columbia. Woody Allen, 67 años, director de cine con un ritmo de una película al año. Philip Roth, escritor, 79 años, su etapa de excelencia creativa tuvo lugar a partir de la década de los noventa. Charlie Rose, 70 años, presenta el programa más respetado de entrevistas de la televisión pública americana. Alice Munro, 81 años, la Chéjov canadiense, su último libro Demasiada felicidad se publicó hace tres años. Paul Preston (1946), historiador entregado a la historia reciente de España. Santos Juliá (1940), historiador con estudios imprescindibles como el dedicado a Manuel Azaña. Manuel Seco (1928), lexicógrafo, académico de la lengua, autor del Diccionario del español actual. Antonio López García (1936), pintor, referencia obligada del realismo español. Pedro Almodóvar (1949), el director de cine español con más prestigio internacional. Javier Marías (1951), uno de los escritores españoles con más proyección internacional. Margarita Salas (1938), bioquímica, actualmente imparte clases en el centro de biología molecular Severo Ochoa, miembro de la Real Academia. Tzvetan Todorov (1939), filósofo, crítico, lingüista, pensador imprescindible. Martin Amis (1949), su última novela, Lionel Asbo,es de 2011. David Hockney (1937), pintor, en estos días investiga el dibujo en nuevos soportes. Carmen Linares (1951), maestra del cante. Haroche (1944) y Wineland (1944), premios Nobel de Física de este año. Paul Krugman (1953), premio Nobel de Economía 2008. Riccardo Mutti (1941), director de orquesta. Paul Simon (1941), clásico de la música pop. Y un incontable etcétera.
Son personas que han dado lo mejor de sí mismos después de los 50 años. ¿Por qué entonces se considera que los periodistas están acabados a partir de esa edad?

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